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Opinión
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Horacio Concepción García

Sangre de dragón

  • Punta de los Dragos comprendía desde La Fajana hasta el Barranco de la Herradura

Dragos (J.J. WILLIAMS 1819)

La Punta de los Dragos (Punta Cumplida) fue el primer núcleo poblacional donde se asentaron los nuevos pobladores de Barlovento tras la conquista. Este paraje estuvo marcado por una acentuada y característica vegetación autóctona, en la cual destacaba una de las especies más genuinas de Canarias: el drago. Árbol simbólico de fama legendaria, de estoica e inconfundible silueta, y longevidad milenaria, estaba erguido en esta zona como un monumento de perpetua recordación a los antiguos pobladores. Así fue descrita la Punta de los Dragos: «…se alineaban como gigantes centinelas a las orillas del mar, alzando sus brazos de titanes sobre los acantilados de la Isla[1]».

Nuestro drago (Dracaena draco) es un endemismo de la región macaronésica [2], y presenta aspectos bien diferenciados; desde el siglo XIV se les denominó con el término Dragones de Sangre, y a su resina sangre de dragón o drago, siendo el término drago un sustituto de dragón procedente del lenguaje culto portugués. En este siglo XIV, las referencias a la alimentación de antiguos pobladores de las islas nos dicen: «Tienen trigo y cebada, pero carecen del ingenio para hacer pan; sólo hacen harina, la que comen con carne y manteca. Y tienen muchos higos, sangre de drago, dátiles, que no son buenos, y hierbas que comen; y asimismo ovejas, cabras y cerdos en abundancia»[3]. Esta sangre se utilizaba para una gran gama de dolencias, tanto internas como externas (propiedades antisépticas, tratamiento de la disentería, diarrea, hemorragias, úlceras externas, etc.): «Hay aquí gran cantidad de arboles dragos, de donde se saca la goma que llaman sangre de drago, para diferentes remedios[4]». Esta resina fue muy apreciada durante toda la Edad Media (hasta el siglo XV) en el mundo esotérico (alquimia, magia) y los antiguos pobladores de La Palma la utilizaban para el proceso de mirlado (técnica de momificación). La tradición clásica nos trasmite la simbiosis entre el drago y dragón, atribuyendo a un Dracaena draco la identidad de Ladón, el dragón guardián del jardín de las Hespérides, al que Hércules dio muerte, y de su verdadero flujo sanguíneo vertido nacieron nuestros dragos[5].

El pago de la Punta de los Dragos comprendía desde La Fajana hasta el Barranco de la Herradura, y en 1515 los habitantes de este lugar eran parroquianos de San Andrés y Sauces; don Fernando Vázquez de Arce (cir.1444-1522), obispo de Canarias y una de las más sobresalientes personalidades del reinado de los Reyes Católicos, en sus Constituciones Sinodales (1514-1515), dice: «Otrosí en el lugar de Santo Andrés de los Salzales […] a la cual acudirán por parroquianos los vecinos e moradores que viven en la punta de los dragos e la herradura[6]». En este pago (puerto de Talavera) desembarcó en 1494 el capitán Diego Rodríguez de Talavera, para sofocar una rebelión de los naturales[7]. Esta supuesta sublevación ha sido calificada por el historiador don Antonio Rumeu de Armas (1912-2006) como: «Se trata de una de las más vergonzosas felonías cometidas por el capitán-conquistador contra la libertad garantizada de los aborígenes», con el objetivo de capturar esclavos[8]. Diego de Talavera, quien vivió casado con Ana de Herrera, obtuvo repartimientos en este lugar, y dejo gran descendencia en  Barlovento; fueron sus hijos: Beatriz de Herrera, casada con Juan Méndez de Córdoba, Juan Rodríguez de Talavera casado con Catalina Álvarez, Ana Díaz casada con Manuel Díaz, Lucía de Herrera casada con Gonzalo Pérez de Las Lomadas, Luisa de Herrera casada con Melchor de Abreo, Antón Gutiérrez casado con Isabel Fernández (hija de Alonso de Cáceres e Isabel Fernández), Bartolomé Gutiérrez y Señorina Afonso casada con Juan Luis de Las Lomadas[9].

La primera mención a la Punta de los Dragos la encontramos el 15 de noviembre de 1496, mediante una petición presentada ante la Real Audiencia de Canarias por Alonso Fernández de Córdoba, en nombre de Pedro Hernández Señorino, mediante la cual solicitaba testimonio de los títulos y escrituras de su padre, Juan Fernández de Lugo Señorino: «…e yo Alonso de Lugo digo que en renumeracion e galardon de los susodicho hago repartimiento de las tierras de vos el dicho Juan de Lugo […] en la Punta de Los Dragos, mas 100 fanegas de sembraduria de sequero linde de Gonsalo Matheos Camacho[10]». El 2 de septiembre de 1523, se envían desde Tenerife 1200 fanegas de cebada al puerto de Talavera[11], estas fueron recogidas por Bastián Texera, hijo del matrimonio formado por Juan Álvarez de Oropesa (origen de este topónimo en el municipio) y Xinebra Texera, quienes tuvieron gran descendencia, estando ya difuntos en 1551[12]. Los caminos que iban desde Santa Cruz de La Palma a la Punta de los Dragos, tenían el tránsito de ganado regulado[13]. El 7 de julio de 1546, Juan Camacho y Catalina Talavera, negra[14], su mujer, venden 80 fanegas de tierra en la que obtenemos una relación de los propietarios en la zona: «…Barlovento, a la punta de Los Dragos, que lindan con tierras que fueron de Francisco Polite, que ahora son de Marcos Roberto, regidor, de la otra parte con el barranco que dicen de la Tahona, por la parte de abajo con Bajamar y por la parte de arriba con tierras de Juan Pelliçer[15]». Una de las más genuinas representaciones cartográficas del lugar la hallamos en Planta della Isola della Palma de Leonardo Torriani (1560-1628)[16].

El códice Tratado de la Pintura, del sienés Cennino Cennini (1370-1498), es un valioso texto recopilatorio de recetas y métodos prácticos, de las distintas técnicas artísticas de los talleres italianos del Trecento; en este manuscrito se nos describe la naturaleza del color llamado sangre de drago y se refiere al uso que de él hacían, como por ejemplo la corla (barniz coloreado de resinas) [17]. Otras de las informaciones obtenidas sobre su uso es la de los escultores florentinos para teñir el mármol de un rojo intenso[18]. Una de las más misteriosas representaciones del drago, la encontramos en el tríptico El Jardín de las Delicias de El Bosco (1450-1516), en el panel que se simboliza el Paraíso; una obra de enzarzada leyenda y de barrocas formas que los investigadores dicen estar marcadamente influida por la doctrina de las sociedades secretas y vinculadas con la alquimia.

El devenir de los tiempos hizo que los gigantes centinelas de la Punta de los Dragos desaparecieran, siendo estos sustituidos por otro coloso pétreo, el faro de Punta Cumplida.

Horacio Concepción García

[Sociedad de Estudios Genealógicos y Heráldicos de Canarias]

 


[1] Canarias: Revista mensual ilustrada Año XXV, Nº 343. [Buenos Aires]: 1939, p.7.

[2] Kunkel, Günther. «Árboles y arbustos de las Islas canarias. Guía de campo». En: Colección Botánica Canaria. [Las Palmas de Gran Canaria]: Edirca, 1981, V.1 p.46.

[3] Leal Cruz, Pedro Nolasco. «Sobre algunos términos y expresiones del español tradicional de La Palma».  En: Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Nº. 2, 2006, p.331.

[4] Castillo Ruiz de Vergara, Pedro Agustín del. Descripción geográfica e histórica de las islas de Canarias. [Santa Cruz de Tenerife]: Imprenta Isleña, 1848 p.302.

[5] Torrego Salcedo, María Esperanza «Plinio El Viejo, Textos de Historia del Arte». En: Minerva Revista de Filología Clásica. Ediciones Visor, 1987, Nª13, pág. 83.

[6] Cazorla León, Santiago. Beneficios y ayudas de parroquias en la Isla de La Palma. [Santa Cruz de La Palma]: Litografía La Palma, 1999, p.30.

[7] Viña Brito, Ana. «Actuación de Juan Fernández de Lugo Señorino, primer teniente de gobernador de La Palma, como detonante del intervencionismo regio». En: Revista de Historia Canaria, Nº 189, 2007, p.159.

[8] Rumeu de Armas, Antonio. La conquista de Tenerife 1494 –1496. [Madrid]: Aula de Cultura de Tenerife, 1975, p.141, 41 nota.

[9] Véase Martín  Pérez, Francisco Javier. Tabla de parentescos de don Fernando de Castilla, Regidor de La Palma (S. XVI). http://castilla.maxerco.es/

Hernández Martín, Luis Agustín. Protocolos de Blas Ximón, escribano de la Villa de San Andrés y sus términos (1546-1573). [Isla de La Palma]: Cartas Diferentes Ediciones, 2014.

[10] Serra Rafols, Elías. Las datas de Tenerife (libros I a IV de datas originales). Índices de Agustín Guimerá Ravina. [La Laguna- Tenerife]: Fontes Rervm Canariarvm, 1978.

[11] Rivero Suárez, Benedicta. Protocolos de Juan Márquez. Instituto de Estudios Canarios. [San Cristóbal de La Laguna]: Fontes Rervm Canariarvm, 1992 p.514.

[12] Hernández Martín (2014): Hernández Martín, Luis Agustín. Protocolos de Blas Ximón, escribano de la Villa de San Andrés y sus términos (1546-1573)Op. cit. 2014, p.66.

[13] Viña Brito, Ana. «Las ordenanzas municipales de La Palma». En: Coloquio de Historia Canario-Americana VIII. [Gran Canaria]: Cabildo Insular de Gran Canaria, 1988, p.619.

[14] Hernández Martín, Luis Agustín. Protocolos de Blas Ximón, escribano de la Villa de San Andrés y sus términos (1546-1573)...Op. cit. 2014. p.635.

[15] Hernández Martín, Luis Agustín. Protocolos de Domingo Pérez, escribano público de La Palma (1546-1567). [Santa Cruz de La Palma]: Caja General de Ahorros de Canarias (etc.), 1999-2005. V.1 p.81

[16] Torriani, Leonardo, Martín Rodríguez, Fernando Gabriel. La primera imagen de Canarias. Los dibujos de Leonardo Torriani. [Santa Cruz de Tenerife]: Colegio Oficial de Arquitectos de Canarias (COAC) , 1986, mapa 58 p.90V.

[17] CENNINI, CENINO (1437) El libro del Arte Traducción Fernando Olmeda Latorre. Ediciones Akal, 1988, p.42.

[18] EMBODEN. A WILLIAM. Dragon"s blood. TERRA, 1970-71. V. 9, nº 3, pp. 13-17.

 

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