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El Mensa no falló y se hace con el título

  • … y puso en pie a todo el “Silvestre Carrillo”

El Mensajero se impusó con claridad al Telde por 3-0, logrando el campeonato. Foto de Pedro Francisco Hernández.

El "Silvestre Carrillo" ha vuelto a ser una fiesta futbolística para una masa social de aficionados rojinegros de las buenas tardes balompédicas a la orilla del Barranco de Dolores. La gente fue al estadio predispuesta a apoyar al C.D. Mensajero. Dos inyecciones para empezar: fuerte ovación de salida y gritos de "Mensa," "Mensa," "Mensa" al primer giro del esférico. Y para esclarecer las ideas, antes de que el colegiado diera orden laboral.

Entre palmas y vítores, oliendo durante muchos minutos el incienso de las grandes tardes, el C.D. Mensajero se erigió en digno y magnífico vencedor en un choque, donde los buenos detalles de fútbol se prodigaron con generosidad. Los muchachos de Miguel Cid obsequiaron a sus incondicionales una de las buenas actuaciones de la temporada y, lo que es más importante, se hizo dueño de los tres puntos vitales en litigio, algo que le era fundamental. Le iba el ser Campeón de Liga a falta de la última Jornada (38).

La U.D. Telde avisó de su presencia en el "Silvestre Carrillo" con dos acciones, que no supieron aprovechar, en los primeros minutos de juego. Y a partir de ahí, se acabó la U.D. Telde y comenzó el equipo mensajerista a interpretar toda una sinfonía, con un esplendor. El C.D. Mensajero comenzó como un ciclón. Salió disparado a la búsqueda del marco teldense. Los rojinegros volcados, intentando la caza del gol, con oportunidad del goleador Yeray , minuto (9). Los aficionados mensajeristas se muestran tan animados como quienes lucen los colores de su fidelidad deportiva, Iray (1-0) minuto (12) y Yeray (2-0) minuto (32). Las gradas vibraron, enloqueciendo a una afición que se elevaba de su aposento merced al resorte de un sueño primaveral. Resorte también lo tenía Miguel Cid, que se levantaba una y otra vez para dirigir a sus pupilos y poder paladear los primeros dulces sabores como un buen técnico.

Antes del descanso, el graderío, como si de un inmenso coro se tratase, entonaban el "campeones," "campeones." No eran unos gritos de ánimo, sino de íntimo convencimiento. Curiosamente, en ese equipo rojinegro que deslumbraba en el césped no destacaba sobremanera un jugador u otro, sino un bloque en el que cada cual aportaba todo lo que sabía. El balón rodaba y rodaba, sin pausa. Y el C.D. Mensajero marcaba y marcaba goles, entre el entusiasmo de la maravillada afición

El "Mensa" se marchó al descanso con una cómoda renta (2-0), con ventaja numérica sobre el marcador y con un goleador llamado Yeray. Fueron cuarenta y cinco minutos de color rojinegro para los mensajeristas. Sobre todo porque hicieron mucho más para encontrar una felicidad tan completa: el triunfo. Vuelve Yeray a conseguir el (3-0) minuto (69).

Al final, ovación del respetable para el C.D. Mensajero, que está a punto de culminar una temporada que se puede calificar como histórica… de verdadero ensueño.
ESCRIBE: Miguel Pérez.

 

 

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